- ... siete ovejitas, ocho ovejitas, nueve ovejitas, diez ovejitas...- escucho contar el principito. Miro a todos lados pero no veía a nadie.
- ¿Zorro haz escuchado eso? Alguien está contando ovejitas.- exclamó el principito. Zorro levanto las orejas, atento al sonido de la nada.
-... Catorce ovejitas, quince ovejitas, dieciséis ovejitas...
- ¡Oh, si!- confirmo zorro.- escucho una persona contando ovejitas. Pero no veo a esa persona.
Ambos miraron a los lados buscando de donde venía esa voz que contaba ovejitas. Saltado en linea recta vieron una pequeña niña con vestido de princesa azul cargando una espada hecha de cartón, iba descalza.
- ¡Oh, es una niña! Oye niña, ¿por qué cuentas ovejitas?- pregunto el principito al acercarse a ellos. La niña paro de saltar y se les quedó viendo.
- ¡Rayos! He perdido en que número iba. Tendré que empezar de nuevo. Una ovejita, dos ovejitas...- comenzó a decir mientras reanudaba los saltos.
- Creo que me ignoro.- dijo triste el principito.
- Oye niña maleducada.- soltó zorro.- te hemos hecho una pregunta.
- ¿Que? Oh, no. Pepinillos. Me he vuelto a olvidar en qué número iba.- está vez la niña los miro.- ¿Me preguntaban algo?
- Siii.- dijo el principito otra vez animado.- ¿Por qué cuentas ovejitas?
- Porque no puedo dormir. Alguien me dijo que cuando no pudiera dormir contará ovejitas. Pero no hay ovejitas aquí en este planeta, así que conté mis dedos, pero solo tengo veinte. Y a esa cantidad aún no me da sueño. Trate de contar las estrellas, pero ellas son traviesas y se esconden. Así que salto haciendo de ovejita yo misma. Pero siempre me distraigo y tengo que volver a empezar.
- ¿Y por qué no puedes dormir?- pregunto el principito.
- Aún no lo sé. Cada vez que caigo en este planeta pasa eso.
- ¿Quieres decir que hay manera de salir de este planeta?
- Sin duda. Tienes que esperar al bubalú para que salgas de aquí.
- ¿Es que es el bubalú?- pregunto desconcertado el principito.
- Es un bubalú. Ya lo verás cuando salgamos de aquí.
Esa respuesta no le agrado al principito. El sentía que jamás iban a salir del planeta de la melancolía. Zorro tomo la palabra.
- ¿Y tú quien eres y como llegaste aquí?
- Oh, yo soy la viajera. Viajo por diferentes mundos, me perdí de mí hogar y lo ando buscando. Cada vez que me siento triste por el termino en este planeta.
- ¿Y por qué cargas una espada de cartón? - pregunto el principito.
- Porque con esto es que puedo atravesar el bubalú y escapar de este planeta. Ya lo verás cuando aparezca. ¡Los llevaré conmigo!
- No creo que podamos salir nunca de este planeta. - suspiro el principito.
La viajera se fue a sentar a su lado, dejando su espada de cartón en el suelo.
- Eres hijo de papá Dios, así como el zorro y como yo. Papá Dios jamás deja a sus hijos en este planeta. Ya lo veras.
Y así la viajera, zorro y el principito esperaron muy quietos en el planeta de la melancolía a qué apareciera el bubalú que los sacaría de allí.
