Y aquí estoy de nuevo, habitante de la noche eterna, resguardada de la luz del alba para que no lastime mi quebrada alma. Camino entre los diurnos qué cierra los ojos y sueñan con mundos, mientras yo ando sin rumbo viendo, y sintiendo cosas de este mundo y otros... De seguro.
Tengo emociones ajenas, qué me desbordan el cuerpo y me queman; pero no puedo llorar, porque no son mis emociones como tal. Soy solo un cascarón qué recoge el agua que de sus ojos caen.
¿Sera qué yo no soy humana?
