domingo, 24 de julio de 2022

Carta del cielo al mar

 No tienes idea de cuánto vales, ni cuan grande es el amor que yo te tengo. Lo que siento es tan infinito como el universo, donde no hay fin ni tampoco inicio.


Hay veces que deseo tomar todo tu dolor y hacerlo mío; Curar tu corazón con mis besos y remendar tu alma con trozos de la mía, pero ambos sabemos que no puedo. Tú eres capaz de curarte sola, eres la única que puede reconstruirse más fuerte de lo que fuiste alguna vez; Yo sólo puedo quedarme a tu lado, tomar tu mano cuando estés llorando y amarte en silencio, hasta que los días se acaben y el cielo roto se vuelva gris.


Siempre me dices que soy un pequeño cosmos infinito, lleno de color y estrellas, galaxias y eternidad; Y aunque mi oscuridad y vacío prevalezcan más que mi cálida luz, sigues amándome, como si fuese lo más bello y puro que conociste alguna vez.


Tú, en cambio, no eres un universo infinito y con luminoso color; Eres un océano profundo, lleno de tempestad en las profundidades y también de aguas tranquilas, llenas de vida y paz. En tu lecho, existe una creciente oscuridad que ni tú misma conoces, pero yo la veo desde el firmamento, queriendo salir por las grietas de tu alma, golpeando las rocas en la orilla, buscando algo de calma en tierra firme.


Eres un océano profundo y eterno, tan denso como la oscuridad que habita en el espacio, pero tan real como el aire que respiro. Tus aguas saladas me inundan y me golpean, me ahogan y me dan vida; No comprendes que tú eres luz y tormenta al mismo tiempo, no entiendes que tu alma está llena de infinita calma y peligrosidad. Piensas que eres huracán, cuando en realidad eres el más hermoso paisaje que mis ojos han visto alguna vez. Y aunque en tu corazón se instale el dolor cansado y agonizante, yo siempre navegaré por tus misteriosas aguas, porque te he convertido en mi único hogar, más allá del tiempo.

Autor: S.A

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