Quiero entenderte, bella amiga mía. Quiero estar para ti, aunque no me necesites. Amarte es un hermoso regalo y un honor; Es un valiente deseo sincero que crece cada día más en lo más profundo de mi ser.
Eres como ese suave rocío en mi rostro quemado, ese polen en mi nariz que a veces me hace cosquillas; Eres el azúcar en mi café y la suave melodía de "Hey Jude" que escucho en la radio cada mañana; Eres como una tarde de abril, tan cálida y brillante que me hace sonreír. Eres ese fruto dulce que cae del árbol, siempre dispuesto a regalar su dulzura a cualquier ser.
No puedo detenerte, siempre irás más rápido que yo y eso está bien.
Quiero vivir a tu lado, aunque no pueda alcanzarte. Quiero ir tras de ti por elección propia, no porque el destino me obligue a perseguirte; Quiero estar para ti, aunque me grites que me vaya y quiero estar en tu vida, por más lejos que vueles.
Sé que sola estás mejor y respetaré siempre tu decisión, pero debes saber que si algún día quieres mi silenciosa compañía, la tendrás sin rechistar.
Yo soy un monstruo muy roto y tú un ave en libertad. No puedes vivir enjaulada y mi vida es una eterna prisión, por eso siempre amaré que vueles hasta las montañas; Allá dónde las nubes se acumulan y sale el arcoiris iluminado por el sol. Porque mientras tú seas feliz, yo también lo seré.
Eres una Gaviota dulce que vuela hacia diferentes cielos. Me haces correr, incluso cuando mis piernas se han quebrado; Pero eres piadosa, como la divina misericordia, es entonces que decides detener tus alas y regresar ante mí, no porque lo merezca o me necesites, sino porque prometiste siempre acompañarme, incluso cuando sabes que ya no deseo continuar.
Autor: S.A