jueves, 8 de octubre de 2020

Animando al ciervo.

¿Que son las crisis? ¿Son malas? ¿Hay que hacer todo por no caer en una? ¿Tenerlas te hacen débil o... por el contrario indica que eres fuerte? Veamos, en China se escribe Crisis con los caracteres de Peligro y Oportunidad, no creo que sea un error, creo que tiene mucho sentido, tal vez ellos interpretan las crisis como un momento peligro y de mucho sufrimiento que puede atentar contra el cuerpo, el alma y la mente de la persona y sin embargo es un momento donde se presentan oportunidades que no aparecen o no vemos estando en relativa paz.


Esconder un trauma de tu propio sistema por años para evitar una crisis solo hace daño y no ves con claridad las oportunidades que esta puede traer. Lección que Noel aprendió por las malas. Una vez que ya el trauma se supo y la crisis llegó él aprendió a confiar en su sistema para sobrellevar el dolor del recuerdo. Y sus amigos vieron una manera de animarlo y consentirlo a la vez mientras le demostraban que nadie lo juzgaba por eso. Y era, realmente amado en todas sus formas.


Milton se ajustó las gafas y parpadeó. Sobre la mesita había un enorme ramo de dulces, chocolates, frutas y flores. Los tulipanes hacían una bella aromática junto a los Narcisos. Ambos tipos de flores eran blancas y ligeramente cremadas. Un detalle elegante, tierno y práctico para Noel, que hoy se sentía de la patada. 


De pronto la calidez familiar comenzó a inundar la habitación  y apareció Luisa. Se tambaleo un poco y Aurora la ayudó a no caerse. 


- ¡Holaaaaa!- soltó la albina con una sonrisa. 


Milton enfocó sus ojos biónicos en su amiga, se acercó y la abrazó. Era su forma de saludarla. Luisa parpadeó un par de veces y se sonrojó. No esperaba ser recibida de una forma tan tierna, pero era Milton de quien hablamos, así que devolvió el abrazo sin pensarlo y olió el cabello del niño. No sabía que era eso olor, solo sabía que era fresco.


- ¡Estamos esperando a Diego! Quiero ver el anillo.- dijo la albina por primera vez en mucho tiempo con emoción en su voz. 


Después de la mega crisis de Noel, Diego Darling, un chico alto de cabello azul eléctrico, ojos color cielo, piel tatuada y varias perforaciones en las cejas, nariz y lengua, no se apartó ni por un segundo de Noel, él como todos los demás no lo juzgaba, y deseaba fervientemente hacerlo feliz. Al ver cómo sus amigos planeaban levantarle los ánimos a su amor, vio la oportunidad perfecta para pedirle matrimonio a Noel.


Aunque Luisa le daba mucha pena ver cómo Diego se le declaraba a Noel, su sonrisa se amplió a escuchar lo emocionada que estaba Aurora.


Diego le daría un anillo de compromiso, y sus amigos un collar hecho de cristal azul. Pero no era cualquier simple y corriente collar. Este collar representa la escénica del arabe, un venado de grandes astas. Milton extendió el collar para mostrárselo a Luisa, el mismo lo había tallado con una maestría impecable, no solo era muy bonito, era definitivamente elegante y llamativo a pesar de su pequeño tamaño. El cristal azul parecía brillar con los rayitos del sol y había piedras incrustadas en él.


Luisa llevaba un vestido de verano azul y el cabello suelto con solo dos pequeñas trenzas sosteniéndolo. Le llegaba casi hasta la cadera de lo largo que lo tenía ya.


- Es un hermoso ciervo. Si no le encanta se lo rompemos en la cabeza.- bufó Luisa al tocar con delicadeza la obra de Milton. 


Milton soltó una risa ligera al escuchar la amenaza de su amiga. Enseguida llegó Diego. 


- Joder. ¿De verdad tengo que usar esto?


Usaba una camisa de manga larga y su cabello rebelde por primera vez estaba bien peinado. Se había rasurado y usaba un pantalón oscuro sin ninguna arruga.


Aurora brinco. 


- ¡Sisisis! ¿Ves que cambias cuando te bañas?- soltó una carcajada.


Diego saludo a Luisa sin dejar de reírse también. Esta se acercó a Diego y le acarició el cabello azul terminándolo de peinar unos cabellos rebeldes. Acomodo la camisa con ternura y lo miro a los ojos azules.


- Estás guapísimo amigo.- sonrió ampliamente.


- ¿Podemos ver el anillo, tío Diego?


Diego sonrió algo nervioso y sacó de su bolsillo un pequeño estuche de terciopelo azul marino. Milton dió un par de saltos y enseguida el peli azul lo abrió. El anillo era de oro blanco y tenía sólo un único diamante. 


- ¡Oh por dios! ¡Muero de amor! ¡Ya no puedo esperar! Vamos, vamos.- soltó Aurora. 


Ver a sus amigos la llenaba de dicha y paz. Se merecían eso y mucho más. Pensó en el amor puro que sentía Diego y Noel. Era como ese anillo, blanco, hermoso y sencillo. 


- Noel está afuera. Katerina lo convenció de salir un rato a qué le dé el aire; así que está sentado en uno de los columpios. 


Milton tomó las cosas y sacó un traslador. Era un pequeño carrito de juguete. Lo extendió para que los presentes colocaran el dedo encima de este. Luisa le ayudó a cargar con el ramo de frutas, flores y chocolates.


Colocó su mano en carrito de juguete y miró con calma como los colores de todos desaparecían rápidamente con el viento. Hasta el de ella. Segundos después, los cuatro desaparecieron por completo de la cocina. 


En un torbellino de colores arrastrados por la brisa Luisa pudo comenzar a ver el césped verde que los rodeaba, las hojas de los árboles se movían con suavidad y el sol estaba en lo alto. 


Noel estaba centado en el columpio, meciéndose suavemente mientras miraba al suelo. Sus manos se aferraban del columpio para no caerse. Luisa sonrió con ternura al ver a su amigo. Movió la cabeza a un lado y dijo con calma.


- Buenas tardes, amor.


Noel echó un brinco. Volteó a verla cuando escucho su voz. Abrió los ojos como platos y casi se puso pálido de la sorpresa. Lucia una playera bastante suelta y el cabello lo tenía ligeramente largo. Las facciones de su rostro parecían ser más femeninas y rápidamente desvío la mirada. Estaba muy avergonzado.


- ¿Q-qué hacen...- dijo nervioso, mientras buscaba una forma de salir de eso. No terminó de decir la oración porque Milton se rió. 


- Tío Noel, te trajimos una sorpresa para que te sientas mejor. 


El moreno lucía asustado y eso hizo reír a Aurora. Porque ahora parecía que ninguno de los tres había ganado la apuesta. Mientras hacían decidían que llevaría el ramo que le regalarían a Noel, Milton apostó que este lloraría al verlo, Aurora dijo que no lloraría, que estaría seria sin decir nada, y Luisa entre risas dijo que les gritaría y los patearía. No sé esperaban que reaccionara asustado. 


Aurora se acercó por la espalda y lo tomo de los hombros. Le extendió el collar en el cuello y se lo puso.


Noel soltó un jadeo al verlo.


- ¿Es ... Para mí?- preguntó. 


De pronto cambió de género sin darse cuenta y luego volvió a ser Noel. Diego se acercó y lo levantó con calma. Sabía que estaba nervioso. El moreno parecía algo en shock por ver a todos ahí. No era su cumpleaños. No era ningún día especial.


- ¿Para quien más le haríamos un ciervo de cristal azul?- dijo con una amplia sonrisa Luisa.- a las personas que se le pegan y gritan que se sienten mal se le dan dulces y frutas para que mejores su amargura.


Le acerco el ramo de frutos, flores y dulces. 

 

- Por Allah, no me lo esperaba ¡Son unos locos!- soltó el moreno completamente rojo y se llevó una fresa a la boca.


- Diego, ¿verdad que debemos consentirlo toda la vida?- le guiño el ojo al peli azul y le hizo señas en dirección a Noel.


Diego pareció captar lo que Luisa dijo. Eso era bueno, su mononeurona estaba alerta. Vio a Noel distraído con el collar y el ramo de frutas que Luisa cargaba, y rápidamente sacó el estuche. Se hincó tras él porque siempre tradicional nunca intradicional.


- Amor...- la voz de Diego le hizo voltear y sus piernas de pronto se tambalearon.


Aurora estaba completamente emocionada. Noel abrió la boca y comenzó a temblar. Se tuvo que sostener de Luisa. Esta rio por lo bajo al ver la cara de su amigo.


- ... Noel Anderson, ¿Quieres ser mi esposo?- preguntó Diego. Se quería reír de la cara de su pareja, pero se contuvo.


- ¡Mierda!- soltó el moreno. Comenzó a llorar y se llevó la mano al collar.- joder, Diego. 


Se agachó y lo beso en los labios. Ocultó su cabeza en el cuello del peli azul y soltó un Sí.


- ¡Maldicion!- soltó Luisa con diversión.- Aurora perdimos. Si lloro.


Miro a la albina y soltó una carcajada. Estaba feliz de que Diego no metiera la pata y captara la señal. 


- ¿Te lo dijo o no te lo dije anoche?- se dirigió al arabe.- Diego te ama, Noel.


Aurora soltó una carcajada. 


- ¡Gané!- dijo Milton y se ajustó las gafas. 


Noel no dejaba de abrazar a Diego. Le beso todo el rostro y no podía controlar sus cambios de género. Diego se reía y lo abrazaba con fuerza. Lentamente su cuerpo dejo de cambiar y quedó en su estado femenino. Norma lo aventó sobre el césped. 


Aurora abrió los ojos y tapo los de Milton.


- No veas, Mil.- el pequeño se rió y asintió. 


Aurora miró a Luisa con diversión.


- Wow ¿Y si ahora hacemos la huyision? No quiero echarles agua con tanto amor qué hay aquí


Luisa arrastró por las camisas a Milton y Aurora y se desvanecieron dejando a los tortolitos solos, demostrándose su amor.

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