sábado, 4 de julio de 2015

El Juego De La Sangre Y La Nieve (Parte 11)

Las llamas ascendían llenando el aire de cenizas, el humo invadió las casas cercanas rápidamente dejando a sus habitantes con solo la opción de huir. La guardia real no tardo en llegar, pero el incendio estaba fuera de control. Algo extraño para ser espontaneo. Los habitantes del área se sumaron para la extinción de las llamas, pero no se sofocaban con nada, eran tan intensas que derretía la poca nieve que había a su alrededor. Fue entonces que un gran grupo de vampiros atacaron el lado contrario de la ciudad. Parte de la guardia real trato de pararlos apunta de disparos y cortes de espadas de plata. Ambos bandos resistieron sin bajas por un largo tiempo.

No era de extrañarse que todo este caos era una distracción vil mientras el Conde Damion se escabullía por la caballeriza real. En algún momento, cuando descubrió este atajo tan ventajoso al castillo, pensó en introducir a varios de sus hombres para tomar al castillo pero pronto se dio cuenta que solo él podía lograr pasar por ahí sin ser detectado por su sobrehumano sigilo, algo que no todos los vampiros del clan lograban dominar.

El castillo estaba alerta, pero la atención se concentraba en lo que pasaba fuera de las murallas reales. Paso por los intricado pasillos deteniéndose en una delante de una gran puerta. Las voces eran bajas pero familiares para Damion. Se acerco un poco más a la puerta y escucho con atención.

-... ya debieron  sofocar las llamas.

-No me cambies el tema. Se que has arreglado un cita con los Flower.

Sure suspiro.

-Te he dicho, ya muchas veces, que es mi responsabilidad velar por tu futuro. Lo que he venido hacer ya esta hecho. Me retiro.

-Hay veces que pienso que te encanta esta guerra.- Dijo Ross entre dientes.

La Reina se dio la vuelta, la lanzandole una fría mirada a la princesa contuvo el aliento.

-Como te atreves a decir semejante disparate porque este enfada por lo de la cita con la familia Flower. Insolente. Compórtate Ross...

-Es que no lo vez- La interrumpió la joven.- Si realmente quisieras acabar con esta guerra pondrías un alto al fuego, y negociarías la paz. Tus acciones solo provocan que la guerra compre más vidas inocentes.

-Claro, como fui yo quien invadió las tierras de las sanguijuelas, como fui yo quien trato de secuestrar a un hijo de los despreciables chupa sangre, y claro que fui yo quien trato de envenenar al imbécil del Conde Damion.- Ross se enderezo, no por orgullo sino por temor a su hermana.- Yo más que nadie quiero la paz Ross. Pero no es tan sencillo.

Damion se estremeció ante la declaración de la Reina. Debía actuar más rápido, si quería lograr su objetivo. Sure le dio la espalda a su hermana y se dirigió la puerta con pasos calmados pero decidido. El Conde se aparto rápidamente al escucharla venir escondiéndose en detrás de una cortina. Sure abrió la puerta de par en par y observo con atención cada espacio del pasillo. Ella habría jurado que alguien estuvo ahí no hace mucho, lo podía decir por la presencia. Al no ver nada dijo:

-Ross, espero que te quede aquí mientras la guardia real se encarga del incendio y de los vampiros.

Cerro la puerta detrás de ella y desapareció por el pasillo. El Conde espero que su olor se disipara para entrar a la habitación. No es que esto tubiera algún significado especial, solo quería pensar que la presencia de ella no estuviera en el aire. Cuando entro se encontró con una joven tirada boca abajo en el gran diván, sollozando y murmurando. Damion con cuidado cerro la puerta y le paso seguro. Se acerco a ella tratando de hablar lo más dulcemente que pudo.

-Las flores no debería llorar, se pueden marchitar.

Ross levanto la cabeza bruscamente, sus ojos se abrieron dejando ver lo rojos que estaban por las lagrimas, al ver al vampiro sonreír se incorporo.

-¿Que haces aquí, Dan?- Dijo horrorizada.

Damion suavizo su expresión y suspiro.

-Estaba preocupado por ti, Flor, temía que la Reina descubriera que fuiste tu la que me ayudo a escapar.

Se acerco mas a ella y la tomo de ambas manos. Ross se sonrojo, sabia que debería grita pero se sentía tan atraída por el vampiro que era difícil pensar en alejarse de él.

-Tus preocupaciones son mal infundadas. Si mi hermana se fuera enterado ya estuviera castigada en una torre o custodiada por la guardia real.

En eso alguien toco la puerta, Ross se sobresalto pero Damion mantuvo la calma sin aflojar el agarre de sus manos. Era un guardia quien informaba que fue mandado por la Reina a resguarda a la princesa, y dando instrucciones de que se mantuviera en la habitación. Ross respiro profundo y aclaro su garganta.

-Entiendo. Pueden proseguir. Pero no osen a molestarme, permaneceré aquí como ha recomendado la Reina.

Los nervios de Ross estaban a flor de piel, no colapsaba porque el vampiro aun sostenía sus delicadas manos. Damion acerco más a la joven lo suficiente para sentir su respiración agitada.

-Pequeña Flor, este no es el trato que deberías tener. Creo que la Reina ya sabe que me ayudaste, pero no quiere confrontarte por temor a que se sepa que habían capturado a un vampiro y lo dejaron escapa, y peor, que fue la princesa misma quien lo hizo.

-No, no creo que ella sepa...

-Pero ella quiere casarte antes. No crees que es muy raro mande guardias a tu puerta. Date cuenta que ella desconfía de ti.

-¿Como sabes lo de casamiento?

-Lo he escuchado de los habitantes del reino. Además, antes de aparecerme ante ti, escuche su conversación.- Damion soltó una mano para ponerla en la mejilla de la joven.-Me sentiría muy triste que te tuvieras que casar con alguien a quien no os ame. Pequeña Flor, ven conmigo.

-¿A donde?- Dijo extasiada Ross.

-Ven conmigo.- volvió a repetir aun más suave.-yo te protegeré.

-¿De que hay que protegerme?

-De la ira y el celo de la Reina.

"¿La Reina?" pensó cayendo en cuenta de porque la situación era mala. Estaba con un vampiro sola en su habitación, un ser perteneciente al clan que le declaro la guerra a su gente, y su hermana estaba tratando de pararlo. se alejo del contacto del vampiro moviendo lentamente la cabeza de un lado a otro.

-¿Que estas diciendo? No puedo hacer eso tu... tu... tu eres el enemigo. Seria una traición.

-No lo ves, la Reina ya sabe que tu la traicionaste. Por eso apuesto guardia en tu puerta. Solo conmigo estarás a salvo, te prometo que nadie te hará daño mientras estés a mi lado. Pequeña Flor.

Extendió su mano en su dirección. Ross observo gran mano de mármol con ojos pensadores.

***

Sure acaba de despachar al capitán Jonh. Ella quería ir afrentar las sanguijuelas, pero la necesitaban más en el incendio. Seria mejor ir a la segunda, si iba al enfrentamiento no se concentraría ya que aun estaba carcomiéndose la cabeza descifrando como la sanguijuela había escapado. No había sangre ni señales de lucha ¿ Abra sido uno del clan? y si fue así ¿como logro burlar la guardia? ¿Como dio con el cuarto detrás del cuadro? de todos modo ¿como él lograba llegar siempre a ella? ¿Por que no mandar un escuadrón o algo más? Siempre era el mismo vampiro.

Iba caminando absorta en esos pensamiento cuando algo le llamo la atención. En el pulido suelo de marmol había paja con lodo. Las sirvientas jamas dejarían algo así, lo limpiarían de inmediato. se extendía desde un pasillo a la cocina. Siguió el rastro, en la cocina el rastro era zigzagueante. Alguien estaba escondiendo en los rincones de los altos estantes. Cuando salio el rastro era diferente, era más acentuado llegando a la caballeriza. Solo paja y caballos. Nada extraño.

Fue entonces que levanto la mirada por instinto y los vio. Una figura oscura bajando por el tejado, aterrizando con una elegancia glacial lejos de la caballeriza y ocultándose entre los arboles. Sure se apresuro a tomar a un caballo y ir tras la siniestra silueta. Era veloz, pero Sure no le perdía el paso. La siniestra sirueta comenzó a zigzaguear hasta desviarse por completa del camino recto que había estado siguiendo. Matorrales rebeldes, zanjas profundas, arboles caído y rocas enormes eran los obstáculos del caballo, pero Sure se se aseguro al caballo y con agilidad creo una lanza de hielo y la lanzó, la primera vez bloqueo el paso del encapuchado obligandole a detenerse.

Un segundo vasto para que Sure pudiera visualizar bien, no era una persona como había pensado. Eran dos, solo que la mas grande y negra llevaba en brazos a la mas pequeña y rosa. La manta dorada que conformaba el cabello de la pequeña terminaba de confirmar lo que Sure supuso. El vampiro volvió a huir antes de que pudiera verle el rostro. Sure lanzo una y otra vez lanzas de hielo pero el vampiro era ágil y las esquivaba en el ultimo segundo, giros piruetas, hasta rompió una de una patada. Un lanza golpeo la túnica negra rasgándola.

Damion se detuvo bajando a Ross. Tomo un gran tronco caído y lo lanzo al caballo. Antes de que impactara contra el pobre animal Sure  salto, elevándose por los aires y aterrizando en cuclillas. Su mirada era mortífera y apretó los diente al ver que Ross estaba inconsciente en el suelo.

-Bastardo ¿Que le has hecho?- Gruño Sure.

-Nada, se ha desmallado cuando saltamos de la ventana.

Sure se lanzo contra el vampiro blandiendo una espada de plata, cortando limpiamente la túnica negra. La sangre de Damion empezó a corre antes de que el pudiera esquivar el ataque. Cuatro cortes, mortales si no fuera por su velocidad sobre humana. Sure le siguió el movimiento y blandió por quinta vez. El chillido del mental con metal resonó como un relámpago. El Conde se defendió sin poder atacar, la furia de Sure era grande.

El Conde estaba aun lejos del punto de encuentro donde había dispuesto el primer grupo. No contaba que Sure apareciera, y mucho menos que lo intersectara tan rápido. La guió con cuidado al punto de encuentro, era dificil cuando sabia que un solo descuido, un solo segundo de debilidad le constaría la vida. Ya estaba cansado de ser quien esquivara, no iba a resistirlo más tiempo. Sure por su parte apretaba el paso, convirtiendo cada ataque en mortífero. Ramas y rocas fueron cortadas por su espada pero no había vuelto a herir al vampiro.

-Te estarás preguntando quien fue el que me ayudo a escapar.- Dijo el Conde para ganar tiempo.- Pues te lo diré. Fue la misma princesa Ross quien me libero de las cadenas que me pusiste y me abrió la ventana de mi libertad.

La espada de Sure templo. Damion se percato de se incidente pero fue breve, los otros movimientos de ella seguían siendo precisos.

-No te creo sanguijuela.

-Es verdad. Además ella misma fue la que me suplico que regresara por ella, solo porque no quería casarse.

Un momento de duda de parte de Sure, Damion vio la oportunidad y ataco. El vestido de azul fue descarado.

-Eres cruel, MyLady, haciendo arreglos de matrimonio con tu hermana a plena guerra. Eres malvada.

-¡Calla! Tu no sabes nada. Tu no sabes que lo hago para protegerla.

-No puedes proteger a nadie d ese modo, solo le causas dolor tratando de decidir su destino.

-¡Yo quiero alejarla de esta guerra!

La espalda de Sure se clavo profundamente en una roca. Se quedo tranquila y soltó el mango. Damion no la iba a tacar si ella no lo atacaba. Se quedo a la defensiva expectante. La Reina se giro mientras dos largas dagas de hielo aparecían en sus manos. Apunto al Conde y se puso en posición de mantis. El siguiente ataque seria cinco veces más peligroso que los demás. Damion estaba preparado para contraatacar. La mano de Sure se abrió dejando caer la daga, el sonido de cristal quebrándose fue lo que escucho el Conde mientras sentía que le perforaban el hombro derecho y ambos muslos. Un gruñido de dolor salio de su garganta, y al bajar la mirada se dio cuenta de donde procedía el dolor. Lanzas de hielo lo rodeaban, varias de ellas atravesaron la túnica negra ocasionándole heridas superficiales, pero tres de ellas sobresalían de su cuerpo.

Damion la miro con odio y trato de moverse, pero las lanzas se lo impedían.

-Bruja despreciable.- Escupió con ira.

-Sanguijuela bastarda.- Dijo con frialdad.-Y pensar que compartí el lecho contigo.

Un brillo surco los ojos escarlata. Pero el frió azul de los ojos de Sure permanecía inmutables, casi como si estuviera sumergida en sus pensamientos.

-Debería haberte matado antes. Pero nunca encontraba un motivo valido para hacerlo. Pensaba que era divertido tenerte cerca. Pero te has metido con algo intocable.- Dijo Sure.

La mirada de Damion cambio, se dio cuenta de que Sure pudo haberlo matado hace mucho. La primera vez tal vez porque estaba ebria que no lo hizo, mientra que en los otros encuentros ellos terminaban envueltos en sus sabanas. Él siempre pensó que la tenia bajo control, que él era que tenia las riendas. Jamas pensó en lo poderosa que era hasta ahora, que solo le vasto esta prudentemente cerca de él y extender la mano para traspasarlo, y aun así no acababa con la vida de él. Se pregunto si era por que pensaba que el era un espía, una simple pieza. Mantuvo la calma. Si moriria aquí seria con la cabeza fría y alta.

-¿Entonces, MyLady, que piensas hacerme?

Sure lo miro a los ojos fijamente. El viento silbo elevando los cabellos blancos de ella, suavemente elevo la mano esbelta en la Dirección de Damion....




Parte 10                                                        Parte 12

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