lunes, 15 de junio de 2015

El Joven De Cabello De Plata Y La Joven De Cabello De Fuego

Había una vez, en un reino rodeado por inmensas montañas y atravesado por dos ríos de agua cristalina, un Rey de cabellos plateados y ojos negros. El gobernaba felizmente el reino junto a su esposa. Una mujer de cabellera roja como el fuego y ojos verdes como el pasto. Durante años la felicidad y la prosperidad estaban en el reino, lo que molestó mucho a una princesa demonio que pasaba por el reino, lo que hizo ir a ver quiénes gobernaban en ese lugar. Al llegar al castillo vio que estaba hecho de mármol con grandes ventanales de diamante y techo de oro; su disgusto aumento. Recorría los impecables pasillos hasta que encontró al Rey sentado en su trono. Él le pareció un dios guerrero bajado del cielo, no podía quitarle los ojos de encima y menos por que el Rey tenía unos ojos negros tan profundos como la noche pero brillantes como el lucero de la mañana, era algo hipnótico. El Rey se dio cuenta de su presencia y le dijo que saliera a su encuentro o si no él la mataría. La princesa demonio le agrado la forma que el Rey había tomado contra ella que era una invasora, así que se mostró ante él con su majestuosa figura y su largo cabello negro. El Rey quedo hechizado por la belleza de la princesa demonio.

 

 

 

La princesa demonio se le ocurrió una idea para destruir el reino y salir beneficiada en el proceso. Se postro ante el Rey de ojos negro y cabellos de plata diciendo que ella admiraba su valor por lo tanto lo bendeciría con el poder de ella, se acercó al Rey, quien la miraba fijamente, le pidió que le diera la copa del cual él bebía; el Rey le dio una magnifica copa de oro por curiosidad de lo que la princesa demonio iba hacer. Al tener la copa la princesa demonio saco una filosa daga de plata y contó su muñeca dejando correr su sangre en la copa, se la debilito al Rey y dijo que él y su espada debían beber de la copa, el Rey para ser más poderoso y la Reina para concebir un hijo del Rey que nacería como el guerrero perfecto, el niño tendría a su mando dos ejércitos: el de su padre, el Rey, y el de ella, la princesa demonio, porque por el príncipe correría la misma sangre de ella otorgándole su poder también.

 

 

 

El Rey complacido por el regalo lo acepto, la princesa demonio lo miro y sonrió macabramente, este era el triunfo de ella y la aniquilación de él. Giro sus esbeltos brazos y desapareció en una nube de humo negro y violeta. El Rey bebió de la copa y luego hizo beber a su esposa, a quien le dijo que era un brebaje especial para lograr concebir hijos, ya que durante años no habían logrado quedar embarazada de su esposo, la Reina bebió del contenido de la copa sin preguntar más.

 

 

 

El tiempo paso y la Reina dio a luz un hermoso niño de cabellos plateados, pero sus ojos eran totalmente negros sin una picas de blanco, la Reina se aterro, sabía que no había dado a luz un humano sino a un demonio, quiso pues matarlo pero el Rey se dio cuenta de sus intenciones y la detuvo. Humillada e indignada la Reina dejo al Rey y desapareció del reino; no podía creer en lo que se había convertido su esposo y tampoco podía desafiarle. Ninguno de ellos sabía que ella había quedado en cinta por segunda vez cuando dejo al Rey.

 

 

 

Al darse cuenta que estaba embarazada por segunda vez del Rey, la Reina rezo a Dios pidiéndole que no fuera otro demonio lo que ella diera a luz. Dios al ver la angustia que se encontraba la Reina mando un ángel con una copa y una espada de cristal, el ángel corto su muñeca con la espada y vertió su sangre en la copa al igual que hizo la princesa demonio. Le dio la copa a la Reina y le dijo que bebiera de ella para que la prevenir que diera a luz un humano mitad demonio, que en cambio daría a luz un humano mitad ángel. La Reina le agradeció al ángel y bebió de la copa de crista. El ángel le dijo que por haber bebido de la sangre de un ángel la criatura que nacería de ella tendría el poder de uno, por lo tanto le dejo la copa y la espada como regalos.

 

 

 

El tiempo pasó y la Reina dio a luz por segunda vez, su alegría fue exuberante cuando vio que era una niña de cabellos rojo y ojos verdes como el pasto. Dio gracias a Dios y al ángel que Él le había enviado, porque su hija no era un demonio como el primero, sino un ángel.

 

 

 

Pasaron los años y Rey de ojos negros murió dejando a su hijo a cargo del reino. Después de que la Reina dejo al Rey el reino poco a poco cayo en de cadencia, pero aún era hermoso. El príncipe, tal como lo había dicho la princesa demonio, era el guerrero perfecto, no había nadie que lo pudiera vencer en combate, su astucia era superior a los de cualquiera, y su físico solo se le podía compara con los de un ángel, pero tenía un corazón oscuro como la brea, y su ser no conocía de compasión ni de amor.

 

 

 

Todo esto llego a oídos de la Reina quien se aterro aún más. La Reina le advirtió a su hija que se alejara del reino de su padre, y le contó todo. La hija de la Reina ya no era una pequeña niña de sonrisa dulce, ahora era un hermosa joven de largo cabello rizado rojo como el fuego y ojos verde brillante, con un gran sentido de la justicia y del amor por tener sangre de ángel corriendo por sus venas, decidió salvar el reino de su padre y madre haciendo caso omiso a las protestas preocupadas de la Reina.

 

 

 

Viajo, pues, devuelta al reino con la espada del ángel enganchada en su cintura y la copa en una bolsa. Cuando llego vio que todo era caos y desolación. Su hermano había logrado destruir la belleza que una vez reino en las enormes montañas y el rio, y ella nunca había tenido la oportunidad de ver. Solo sabía cómo era por lo que su madre le había contado. La princesa demonio se había instalado en el castillo junto a su hijo, disfrutando de lo que se había convertido el reino hermoso. Cuando se dio cuenta que la hija de la Reina poseía sangre de ángel es su venas se preocupó, así que fue a su encuentro cuando entro en el reino y trato de matarla antes de que la joven le hiciera daño su hijo. La tomo por sorpresa cerca del rio pero antes que pudiera lastimarla un ángel apareció entre ellas y mato a la princesa demonio.

 

 

 

El ángel que le había dado de beber su sangre a la Reina dejo a otro para que cuidara a la niña de rojos cabellos como el fuego, porque temía que por tener sangre de ángel en sus venas demonios la atacaran. El segundo ángel tenía un rubio cabello leonado y ojos con color de oro. Le dijo a la joven que no temiese, que el siempre estaría a su lado, pero solo le había dado permiso de protegerla y matar solo demonios, que ella tendría que enfrentarse a su hermano sola. Ella lo entendió y antes de continuar su camino beso al ángel en agradecimiento por ayudarla con la princesa demonio y por estar siempre a su lado.

 

 

 

Cuando logro entrar al castillo su hermano la esperaba con trampas y un arsenal de armas mortíferas. Ella lucho ferozmente con los soldados humanos mientras que el ángel incineraba a los soldados demonios. Su hermano estaba furioso por lo de sus dos ejércitos vencido. Saco una larga espada de plata negra que le había dado de regalo la princesa demonio y se enfrentó con su hermana. El ángel se quedó al margen de la batalla, terminado de matar a los demonios que faltaban y reteniendo a los soldados humanos.

 

 

 

La batalla fue feroz, no parecían humanos los que en ella participaban, tenían una agilidad y una precisión mordaz. Ninguno se iba a dar por vencido. Hasta que la joven de rojo cabellos lastimo de gravedad a su hermano. De rodillas ella lo obligo que bebiera de la copa de cristal, él se negó y dijo que prefería la muerte. La ferocidad de ella cambio por una ternura melancólica, se arrodillo a la altura de su hermano y lo abrazo.

 

 

 

-Tú no eres malo, querido hermano. Tienes miedo a ser lastimado.- Dijo la joven tristemente.

 

 

 

-Te equivocas chica de fuego- Porque para él el cabello de ella era con ardientes llamas ondulantes en el viento.- no tengo miedo.

 

 

 

-Pruébalo.- y le paso la copa de cristal.

 

 

 

El príncipe vio los brillantes ojos verdes de su hermana. Hay, aunque no lo digiera, había amor y perdón escrito en ellos. Él no se conmovió con esto pero quería, por raro que le pareciera, demostrar le a su única hermana que él no temía. Se llevó la copa a los labios y bebió de ella un largo y profundo trago. Sintió como si lo fuera atravesado con una espada que empezó a arder desde su pecho envolviendo todo su cuerpo. Se retorció de dolor y lanzo gritos de agonía. El fuego se extendió a su hermana quien se cubrió el rostro con las manos pero no se movió, el fuego la rodeaba pero no le hacía daño a ella por ser fuego celestial y ella tener sangre de ángel por sus venas.

 

 

 

Al extinguirse el fuego ambos hermanos se levantaron. Ambos tenían ojos verdes brillantes como el pasto, la maldad y la sangre de demonio de sus venas se había ido para siempre. El ángel había despachado ya del reino todos los demonios. El joven de plateados cabellos y ojos verdes le agradeció profundamente al ángel y le dijo que él quedaba en deuda con él por cuidar a su madre y hermana, y sobre todo por haber acabado con la princesa demonio y su ejército. La joven le pidió al ángel que por favor fuera en busca de su madre y le digiera lo que había pasado, y la convenciera de regresar al reino, que era seguro. El ángel fue he hizo lo que le mando.

 

 

 

El reino había caído de nuevo en buenas manos y poco a poco se recuperó con la guía del Rey de cabellos plateados y ojos verde. Ya el reino no solo era protegido por las grandes montañas, sino también por la chica de cabellos de fuego que tenía al ángel de guardián.

 

 

 

 

 

 

Fin

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