Aquí estoy, presa de mis miedos. Esclava de mis sentimientos. Cuánto no desearía no tenerte cerca y aún así me siento una vil villana por desearlo. No te mereces mi desprecio y mi frío comportar. Pero yo no tolero tu presencia en realidad.
Un punto medio seria lo ideal. Pero solo pensar en estar cerca de ti me marea. Perdóname por no ser lo que tú quisieras.
Perdóname por ser como soy, por amar como amo, por estar rota como estoy.
No quiero hacer daño. No quiero causar problemas. Jamás ha Sido esa mi intención, lo juro por Dios.
Quiero ver el cielo y sentir paz, quiero recostarme en mi cama sin temor que vas a llegar.
Siempre en alerta, siempre a la defensa. Mi cuerpo registra todo lo externo como amenaza. Todo lo interno como caos.
Hablar a Dios es noquear mi consciencia, me calma de golpe y en amnesia queda. Muchas dosis de su bondad... Tal vez no esté lista para soltar.
Nunca es mucho de Dios, pero tengo miedo de olvida lo que me ha dañado. Porque me podría dañar otra vez. Perdóname Señor, Dios mío, perdóname por esto que digo. No es que no crea en ti, no es que no crea en el perdón. Pero no estoy lista para darlo ni recibirlo. Perdón, Señor, Perdón.
Mi alma se lamenta, y suspira en estupor. En la casa, en la cama, en el trabajo, y entre sueño en alerta estoy. Irónicamente en la calle es el único lugar donde me siento libre, sin aprension.
Huir. Lo que quiero es huir. Pero ¿Cómo? Si vives conmigo allí. No haz hecho nada malo. Lo juro. Solo soy yo quien no tolera tu ser. Soy yo la que recuerda cosas desagradables con tu voz y tu piel. No te puedo explicar porque. Me lo llevaré a la tumba. Prefiero que pienses que te odio a que sepas el porque.
Moriré con mi secreto. Moriré.
El sonido de tus pisadas me tensa, el sonido de tu voz me alerta. Tu presencia en si me marea. No eres tu, lo juro. Soy yo... Yo y únicamente yo.
Lo siento, te quiero decir. Pero no lo diré porque me pediras explicación. Y la verdad no me apetece explicar mi condición. Menos a ti... En serio... Menos a ti.
Tensión. Tensión. Me muero de tensión.
Mis hombros están duros, y boca seca, y mis pies me tiemblan.
Tensión, tensión, me moriré de tensión...
Cuánto anhelo no sentir lo que siento. Cuánto deseo que tu presencia sea consuelo... En serio... Siempre lo anhelo.
Pero me tocó esta historia. La cambiaria pero... Tal vez, solo tal vez no los fuera conocido a ellos. Y la verdad ellos son un consuelo
