He me aquí, señor, suspirando sobre mi almohada pensando en tu olor, tu pecho y tus labios, tus ojos almendrados.
Abrazando un recuerdo distorsionado de tu cuerpo contra el mío en un un silencio cerrado.
Los latidos de nuestros pechos hacen juego con las respiraciones calmadas que mueven tu pelo y el mío.
Frotó mi nariz contra la piel de tu cuello buscando calentarla, despacio, con tiempo.
Cierro los ojos y me embriagó con el olor de tu cuello. Suspiro, anhelo, deseo y sueño; un día podré hacerlo.
Cabalga mi pecho entre sueños y anhelos que vos sois el dueño.
¿Será que algún día podrás verlo? Temo que haya perdido la oportunidad , en serio, en serio.
Imagino caricias de tus dedos sobre mi pelo, trazando mi quijada, pómulos, y mi cuerpo. Bebiendo con deleite la reacción de este ante tus dulces juegos.
¿Será que mis sueños solo se los llevará el viento? ¿Volveré a verte, mi cielo, mi cielo?
Quiero caminar en sueños e ir hasta tu lecho; velar tus noches, cuidar de ti dormido o despierto.
Y aunque con otra estás abrazada en tu lecho, yo sueño despierta con estar rodeada por tus brazos y besos.
No les deseo mal, les deseo la felicidad. Pero sin negar que extraño tu mirar... Pero sin ocultar que sueño con tu piel tocar... Soy una insensata, lo sé ¿Que más?


