domingo, 26 de abril de 2020

Confrontación

El ambiente en la gran biblioteca de madera era tenso, ya no estaba la melancolía que la caracterizaba. El gran señor se sirvió otro trago, prefería el vino pero después de ir a dejar su mensaje sentía que necesitaba algo más fuerte. Vio por la ventana a las dos niñas jugando. 

Su hermosa hija, la pequeña princesa de la familia, cuando creciera tendría una belleza arrebatadora. La miró y su cólera fría empezó a emanar por su ex...

Toc toc. Se escuchó los nudillos en su puerta. El señor Coppola sabía quien era, la esperaba. Era tan predecible.  La invito a pasar sin dejar de ver por la ventana.

  • Buenas tardes caballero.- dijo la morena. 

Era más baja que él, su cabello salvaje de un castaño peculiar la coronaba, y sus lentes grandes le hacía acentuar su cara de niña. Coppola tomó un sorbo sin hablar.

  • Sabes que vengo hablar. Se lo que le hiciste a Tate. No estuvo bien eso.

Espero que el señor Coppola le respondiera pero este no se digno a verla. 

  • Estaba muy molesta, pero ahora estoy aquí... se me ha pasado el enojo con usted- soltó un suspiro.- supongo que sigues siendo del sistema Aurora. Por más que no apruebe tu comportamiento tienes la misma esencia de los demás.

Luisa observó fascinada los altos estantes de libros, se acercó a ellos y leyó los títulos.

  • Si eso es todo lo que venías a decirme puedes retirarte.- dijo secamente el señor Coppola.

La joven lo ignoró y siguió vagabundeando por los títulos. Cada vez sus ojos se dilataban más de emoción. Los fascinantes títulos y cada tanto murmuraba sobre ellos. Coppola estaba sumergidos en sus propios pensamientos. Eran dos solitarios compartiendo el mismo espacio. Coppola sorbió lo ultimo de su trago, el ruido del hielo al golpear con el vaso de vidrio fue refrescante para el oído de ambos.

  • Se que estás planeado hacerle daño a Alex.- soltó Luisa mientras abría un libro y lo ojeaba como si fuera un juguete nuevo.

El caballero fue hasta donde estaba las botellas de licor y se sirvió más. El dulce sonido volvió a llenar el ambiente silencioso. 

  • Lo vi...- trató de retomar el tema Luisa, era un tema delicado y no sabía cómo el caballero tomaría su insolencia.- daño a Perla más de lo que esta permitido y por eso lo harás hacer pagar.

Aquí el caballero titubeó una milésima de segundo, el nombre de su amada hija no era algo que le permitía mencionar a una recién llegada. Siguió con su trago.

  • La verdad es que hasta te comprendo... 

  • Mon ami.- dijo secamente el caballero.- Tratas de establecer empatía conmigo para que te aprecie como los demás. Qué conducta tan manipuladora. 

  • Sabes que lo soy ¿Que sentido tiene ocultártelo? 

Esto hizo sonreír al caballero. Ella se sentía orgullosa de sus defectos. Lo cual le causo intriga. 

  • Tratas desesperadamente que los demás no piense que eres Alex. Pero era igual que él.

Luisa paro de ojear el libro que tenía abierto. Le sonó la última parte como si la llamara basura. Los dulces ojos de la joven se ensombreciendo. Esto no se le escapo a Coppola. Sonrió triunfal para sí mismo.

  • ¿Y por eso debes desatar a Nerón? ¿Para que se encargará de mi? ¿Que devorara mi carne mientras se reía?.- se lamió los labios resecos antes de volver hablar.- Sabes que Tate y yo somos unidos; no fue difícil para ti manipularlo, ya lo habías hecho antes... con ellos. ¿Acaso también estás molesto que James me hable también? Pero a James no lo puedes tocar tan fácilmente.

El señor Coppola habló en italiano, sabía que Luisa no sabía que decía. Esta arrugó las cejas y cerró el libro de golpe.

  • Es descortés hablar otro idioma con los interlocutores que no lo saben.- escupió la joven cada vez más irritada.- pero eso no te importa ¿verdad?

Coppola se sentó en el sofá de cuero negro y observó a Luisa fijamente. Ella no se iría hasta que escupiera todo el veneno que tenía adentro. Pero aún así se estaba controlando porque el caballero era del sistema Aurora. “Patético” pensó Coppola.

  • Entonces quiere que hable contigo, piensas que así podrás sanar mis heridas como ha pasado con los demás. Golpe de suerte.

Luisa lo miró y dejando el libro en su repisa, se acercó al caballero. Su andar era como si no tocara el suelo, Coppola pensó que ella fácilmente podría escabullirse en un lugar sin ser detectada. La joven se plantó frente del sofá; él estaba sentado y aún así sus ojos estaban al mismo nivel que los de ella. Luisa tomó el vaso de la mano de Coppola, y bebió a fondo blanco su contenido. Al acabar colocó el vaso de un golpe en la mesita de madera, con superficie redonda. Los hielos tintinearon. Ella le sostuvo la mirada a Coppola prolongando el silencio.

  • No.- escupió la palabra.- Te vengo advertir que no permitiré que le hagas daño a mis amigos. Aunque sea de tu sistema. ¿Crees que no se jugar lo que juegas? Sabes que no me puedes lastimar directamente y por eso no te importa sacrificar peones. Pero te jodiste conmigo. Yo soy la presa. 

Se inclinó más cerca de Coppola, colocó la mano en el respaldo del sofá haciendo crujir. Y susurró cerca del oído al caballero.

  • No soy Alexander.- susurró con una voz no propia de Luisa.- Soy un ser peor que él.

  • Eres igual que todos los demás.- escupió Coppola con acidez.

  • Soy basura ¿recuerdas? ¿Eso en que posición te pone? Gran maestro, que se rebaja antes la basura. 

  • Ellos sabrán lo que eres. Y cómo siempre se decepcionarán. Y será tu culpa por acercarte a ellos y darles falsas esperanzas. Los hundieras otra vez en la mierda.

Luisa sonrió. Al fin el gran maestro le hablaba con sinceridad. 

  • ¿Sabes por qué soy peor que los demás?- la frialdad de su voz se volvía cada segundo con más ira.- Porque yo sé cómo destruirte a ti, convertirte en un tulipán podrido y volverte a la vida. Una y otra vez.- sonrió con sarcasmos.- porque tú también sabes hacerlo y lo puedes hacer conmigo. 

Luisa se alejó y vio a los ojos a Coppola, no pudo evitar sonreír, por primera vez vio a un hombre del sistema Aurora, y no un psicopata. Bueno, ella sabía muy bien de eso. Se alejó al sentir quien en verdad la calmó. 

  • La bondad es lo que me detiene. A ti también ¿no?- Luisa enarco un ceja y sonrió pícaramente.

La puerta se abrió, Coppola y Luisa no se movieron, ambos sabían quien entró sin mirar a la puerta.

  • Oh. Luisa ¿qué haces aquí?

Luisa se volteó y Coppola vio cómo su rostro se suavizaba y volvía a ser una dulce niña que le brillaban los ojos. 

  • ¡Hola Noel!- sonrió dulcemente al moreno.- solo quería saber si el señor Coppola quería jugar el rol con nosotros. Aunque sé que seré de las primeras que mate; sus ideas le podrían dar un gran giro a la historia. En fin, me dijo que no.- miro a Coppola divertida.- así que me retiro, espero poder volver hablar con ustedes pronto. 

Luisa se retiró dando brinquitos. Antes de salir por la puerta Noel le sostuvo la mirada, segundos que para ella fueron eternos. Desvió la mirada a otro lado; ella se sonrojó. Noel sonrió. Definitivamente  no le podía ocultar nada a esos ojos avellanas. 

Noel vio cómo Luisa se alejaba y desaparecía por el pasillo. Coppola se levantó y se sirvió otro trago. El moreno  miró a Coppola con una ceja levantada.

  • Mon ami, cree que el psicopata es bondadoso. 

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