jueves, 23 de marzo de 2023

Claudio

Flor azul del eterno amanecer.

Eres mi aliento. Eres mi alma. Eres mi vida.

Eres la paz de mi cansado ser.

Eres aliento de dragón que bajo del cielo y quemó el mismo infierno con osadía, si pudor.

¡Basta! pradera de deseo y placer, sublime, eterna y llena de luz quimerica.

Ojos zafiro que en la distancia me mira, me siguen y me cuidan. ¿Quien eres tu, gran rey, para mirarme con cinismo cruel?

Levanto mi espada y tacleo a mi caballo mientras sostengo esa mirada arrogante. Se pregunta quién soy, y yo con frío silencio me deslizó entre los soldados de su ejército.

No doy explicación.

No doy argumento.

No doy respuesta.

A lo que tú caprichoso corazón demanda con dureza.

A caballo me alejo de tu cuerpo, más tu mirada se queda en mi alma, la siento.. la siento...

No me volverás a ver, rey cínico engreído.

Mi hermana te ama, pero yo solo cuido su espalda. Hazla llorar y haré rodar esa corona que orgullosa en tu cabeza está.

No miro atrás.

No miro.. no miro.

Porque la veré a ella luchando por un amor no correspondido. Siendote leal... Siendo ella... Tu espada bravío...

No me quedaré a ver, no insista ogro de azul zafiro.

Volver algún día, por tu cabeza, rey, su mano, hermano, y su trono, roto. Lo juro, he dicho.





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