Lo que pasó es que estaba acostumbrada a que le miraran con lujuria para sentirte deseada.
Que la desnudaban con las palabras, y ser objeto y anhelo sexual de cuantos le hablaban...
Que superficial era aquella niña mimada; que lo dulce, romántico y tierno le repelaba.
Y sin darse cuenta se quedo con la bestia amargada.
Pensando, ¡Oh Dios mío! que príncipes azules ya no quedaban.
Que todos eran iguales y ya ni los justificaba.
Un flechazo que se volvió conformismo de la noche a la mañana.
Un ciclo tóxico que vive en su presente y se convertirá en su eterno mañana.
Niña que vives de besos, halagos y sonrisas falsas ¿Que podrás aspirar tú si vives una fantasía construida con arena de playa?
Autora: Luisais Pire